martes, 12 de diciembre de 2006

Examen de admision

EXAMEN DE ADMISIÓN


La semana pasada Pier Paolo, estudiante de grado del colegio superior, solicitó a la dirección del instituto un permiso para ausentarse en clases durante seis días por motivo de un viaje a la capital, para presentar un examen de admisión a la universidad nacional.
El muchacho estaba entusiasmado con su viaje, con conocer la capital y sobre todo ganar el examen, para estudiar ingeniería mecánica, pues al chico siempre le había gustado el Rock, por lo que desde niño creaba sus propias baterías, con los objetos de la cocina, pensaba que en la universidad se convertiría en la competencia de Tama, Yamaha, etc.
EL VIAJE:
El sábado después del almuerzo su madre lo acompaño al Terminal de buses, le dio la tradicional bendición de madre, el con un gesto apacible le dijo que n se preocupara, ella lo abrazo y lo beso.
El autobús salio a la 1:40 p.m. sin ningún presendente, Pier Paolo se sentía tranquilo, seguro que volvería vencedor y que muy pronto la capital sería su nueva ciudad.
A su lado una señora de muchos años que dormía y minutos antes le pidió que la despertara solo cuando terminara el viaje.
Pier Paolo sabía que el viaje duraría 18 o mas horas por lo que llevo un buen repertorio de música, Heavy Metal, Black Metal y todo lo derivado del redoblante. Si de algo estaba seguro, era que su metal acortaría la distancia.
EN CASA:
Su madre el domingo se despertó mas temprano de lo normal, para arreglar la casa, y poder en la tarde a llamarlo. Pero cuando entro a la habitación de Pier se encontró con que el muy descuidado dejo en la mesa de noche los papeles reglamentarios para presentar el examen. El vecindario pudo escuchar el grito de la mujer.
Ella corrió a una central telefónica para llamar a su hermana en la capital, pero el teléfono no fue contestado, ya que la tía de Pier Paolo estaba en la misa del domingo.
La madre se preocupo, pues su hijo presentaría el examen la tarde del lunes, aun le quedaban unas horas para tomar un autobús y partir a la capital. Si no había percances, llegaría a tiempo.
Empaco sus maletas, los papeles, algo de dinero y salio en el primer autobús que encontró.
LA TIA:
Diana preocupada porque el muchacho tenía dos horas de retrazo, llamó a casa de su hermano y en efecto nadie respondió, la casa estaba sola.
LOS AMIGOS:
Mientras que nadie sabía de Pier esa tarde del lunes, en su pueblo, en el Instituto superior ocurría otra novedad, sus compañeros de clases eran reclutados y citados para entrar en la fila del ejército nacional. Pero su mejor amigo, sabía que Pier Paolo planifico su viaje para no ser reclutado, aunque en verdad los dos actos, eran el mismo día y a la misma hora.
Pero no dejaba de ser extraño que olvidase sus papeles, o porqué no dejó pasar unos meses para presentarse en el segundo periodo académico.

EL SINIESTRO:
Faltaban solo 20 Km Para llegar, Pier dormía entre sueños cortados por el doble bombo, a su lado la anciana daba un concierto de ronquidos, la tranquilidad en el expreso era envidiable.
Fue entonces cuando un conductor imprudente provocó un trágico accidente. El camión de carga que trasportaba un gas inflamable trato de pasar un auto móvil, chocó con el autobús de frente, el cual dio vueltas y cayó por un abismo.
Los ocupantes del automóvil vieron a lo lejos la explosión del camión, trataron de auxiliar a los pasajeros del autobús, pero estos estaban muy debajo de la carretera. Los organismos de socorro lograron sacar al día siguiente el autobús hecho pedazos. El lunes en la mañana sacaban el último cuerpo sin vida, los cuerpos de los pasajeros se descomponían muy rápido por las desmembraciones que sufrieron.
No se pudo salvar nadie y aunque todos los ocupantes fueron identificados, excepto uno que no poseía identificación. Una mujer que bajo de un bus que pasaba en el momento llorando y aterrada por la apariencia del muchacho, no aceptaba que fuera su hijo, pero en el fondo sabia que era él, lo pudo reconocer por la chaqueta que llevaba puesta el día que partió y que tenia un escrito en el pecho que decía”Que viva el Rock… hijos de puta”, era inconfundible.
La madre fue llevada a la capital por su estado, su hermana la recibió enterada de la tragedia. El difunto Pier Paolo fue sepultado en la capital porque había tiempo para regresar al pueblo.
En el Instituto superior sus amigos y profesores le hicieron una misa, asistieron muchas personas del pueblo.
Dos semanas después, la madre de Pier recibió por parte del ICFES, una carta que decía que su hijo obtuvo una beca para estudiar en cualquier universidad, la carrera que deseara… hoy Pier solo vive en la memoria de sus amigos.




JHAIR MURILLO RINCON
NOVIEMBRE 29 DE 2006
SANTA MARTA – COLOMBIA
CRONICA